sábado, 25 de julio de 2020

Diario 3


SER MUJER EN COLOMBIA Y ¡CON PANDEMIA!



Al escribir el título en lo único que puedo pensar es en que la vida nos ha escupido, antes me la pasaba todos los días pensando en lo mal que está todo, pensaba en las catástrofes, en la historia de guerras y penes con espadas, en todas las muertes, violaciones y demás cosas horribles a las que siempre estamos expuestas. Tengo problemas de ansiedad y depresión, quisiera sentirme más segura de mí misma, poder hablar, salir, gritar sin tener miedo, tengo compañeras fuertes, hermanas guerreras que pueden con todo este peso en sus espaldas, pueden vivir guerreras pese a toda esta historia. Les aprecio, les admiro, les honro, aprendo de ellas cada día, pero para mí no es fácil y sé que para ellas tampoco lo es. Nacimos en Colombia, nacimos pobres, en un seno familiar machista, a todas mis amigas las han violado o acosado, me cuesta entender el para qué de una vida así, me cuesta entender el dolor para salir de él, me pesa en la espalda, me duele, me agobia.
La pandemia ha traído muchos retos para esta sociedad que está más acostumbrada al ruido, a la fiesta, a la risa, al foforro, que, al silencio, la soledad y la calma. Las personas deben seguir haciendo su vida, es fácil la posición acomodada en la que estamos muchas personas de poder quedarnos en casa y seguir trabajando desde allí, pero ¿qué pasa con las que trabajan informalmente? ¿qué pasa con las compañeras trabajadoras sexuales? ¿qué pasa con la mamá que vive bajo el brazo de un esposo maltratador? ¿qué pasa conmigo que, aunque las personas cercanas a mi están bien, no siento nada que no sea dolor? ¿qué puedo hacer para seguir?
Siento más encierro del que ya de por sí por ser mujer me hacen pertenecer, mi refugio, un poema.


La Jaula- Alejandra Pizarnik

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo ocultos clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.


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